Seguramente has escuchado hablar del EGO, pero
pocas veces te has cuestionado que es y porque aparece.
El EGO es eso que cargas y no te permite fluir,
es esa voz que tienes en tu interior y que te habla constantemente queriendo distraerte
y apartarte de tu SER (todas las virtudes y cualidades que si eres), es esa voz
que te ata, que le encanta tener la razón, que te invita a tomar el camino
fácil, en donde no implique salir de tu zona cómoda y sin importar los demás,
es aquel que te dice como deberían ser las cosas y te da la pauta para realizar
juicios, poner etiquetas y criticar cualquier persona o situación en tu vida.
Naciste siendo amor, bondad, belleza, humildad,
paz, felicidad y todas las virtudes que puedas nombrar, pero conforme te fueron
“domesticando” tus padres, la religión, tus amigos, la sociedad, empezaste a
buscar la aceptación y aprobación de los demás, del como TIENEN QUE ser las
cosas, sin importar él como ni el porqué, y terminaste creyendo que así son las
reglas básicas del comportamiento dejando a un lado a tu verdadero yo.
Con base a lo aprendido en la sociedad, empiezas
a creer que eres a medida a lo que tienes. Si no tienes títulos, dinero,
posesiones entonces no eres nadie. Empezaste a creer que eres lo que haces y
eso te pude dar o quitar valor, si lo que haces te da dinero, poder,
reconocimiento entonces eres alguien valioso, entre más haces más reputación
tienes y más vales. Siendo tu reputación una de tus mejores posesiones,
cuidando lo que digan de ti ya que es verdaderamente importante.
Aprendiste que hay que actuar como actúa la
mayoría y ser públicamente aceptados y “correctos”. Imagina tu vida entera
escuchando: sexo, consume, compra, mata, viste de marca, obedece, dinero,
poder, trabaja. Terminas creyendo que eso es vivir y que tienes que conseguirlo
a toda costa.
¿Pero qué pasa cuando un día te das cuenta has
creído muchas cosas malas de ti? Qué has vivido tu vida en base a juicios y
solo por seguir a la corriente. Qué te sientes triste, vacio, solo y con miedo,
y que por más que buscas tener o hacer algo, al conseguirlo necesitas emprender
la búsqueda de algo más porque eso que creías querer realmente no te llena. Qué
has ido por la vida simplemente sobreviviendo.
El EGO es el que te impide escuchar a tu SER, a
tu alma, a ir por tus más grandes sueños, el que te impide recordar que tu eres
el que tiene el timón del barco de tu vida, que eres tu propio líder y en ti
esta el alinearte a tu camino, a tu propósito de vida. Es el que te impide tomar tus propias
decisiones, no las que los demás esperan de ti, lo que significa hacer solo
aquello que te genera amor, pasión, gozo, conexión, aquello que te hace sentirte
vivo, que te hace vibrar. Pero el EGO se va a interponer una y otra vez,
diciéndote que no puedes, que no mereces, que no vale la pena, y te recordará
todo lo que aprendiste en tu domesticación queriéndote llevar nuevamente a la
corriente y a la aceptación de los demás.
¿Cómo conocer mi EGO?
El EGO produce dolor, miedo, angustia,
incertidumbre, desenfoque del presente recordando el pasado o imaginando el
futuro, culpa, duda, temor al qué dirán, inseguridad, apego, evasión, juicio,
el querer tener la razón, victimes, creer
que el mundo debe cambiar para yo ser feliz.
El EGO es vanidad y se esconde en los extremos
de las conductas: en los poderosos y en los débiles. El EGO divide y juzga
todo: entre bueno o malo, entre masculino o femenino, entre niño o adulto,
entre pobre o rico, entre homosexual o heterosexual, dando entrada a
interpretaciones muy personales de las cosas.
El EGO te aleja de tu propia esencia y de tu
propósito, el que te impide caminar en tu misión de vida, SER todo eso que puedes
ser, que te impide escuchar al corazón (esa intuición que viene desde tu
sabiduría y chispa de vida) y le da control a la cabeza para cuestionar todo y
no permitirte fluir alineado a tu fuente.
Es importante conocer a tu EGO, saber cuando
estás en él, y así poder tener control sobre él.
Conéctate a tu SER, a tu esencia pura, en donde
todo es perfecto, a esa fuente amorosa, protectora y creadora, en donde puedes
fluir sin resistencia alguna, en total aceptación de las lecciones que
experimentes, tomando consciencia de ellas como aprendizajes individuales y
como nuevas oportunidades para ser la mejor versión de ti mismo en cada
momento. Cuando estás apartado del EGO te aceptas y aceptas a las personas tal
como son, confías y acompasas, dejando fluir a su ritmo propio, sueltas sin
miedo, aceptas y confías en el camino aún sin ver lo que sigue.
Recuerda, para el EGO eres lo que ganas, lo que
haces, lo que tienes, lo que dicen de ti, lo que mereces, lo que puedes o no
puedes, lo que sabes o no sabes. No le creas, pero tampoco creas al EGO de los
demás, cuando te enganchas en una discusión con alguien más, solo será una
conversación de EGO a EGO en donde no hay punto de creación. Esta situación
solo te da oportunidad de conocer al EGO del otro, de observarlo y saber la
esencia de la persona, y tienes la opción de dejar pasar y retirarte para no
seguir jugando juegos de dolor, en este momento estarías dejando de actuar
desde tu EGO para empezar a SER tu esencia divina, para conectarte a tu verdadero
YO. Lo que hace el otro no es para tomarlo personal, en verdad no es contra ti,
son sus propios miedos y sus propias interpretaciones en acción. Es impórtante que seas consciente de ello para que determines si puedes convivir y aceptar el
ego de esa persona o no, y de ser así aceptar y perdonar. No para aguantar y
resignarte, sino para tener empatía y tomar acción.
Arriésgate a ir por tus sueños, sin miedo a
equivocarte, sabiendo que no hay equivocaciones sino aprendizajes, deja tu
dialogo interno, deja de buscar tener control sobre todas las cosas y de
siempre querer de tener la razón, apártate de la necesidad de ser aprobado y de
juzgar todo lo que se sale de tu caja de creencias. Sé receptivo, vivencia
perfección, belleza, creatividad, amor, expansión, bondad, confianza, paz, felicidad,
abundancia, pues es lo que eres por naturaleza.
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