lunes, 23 de marzo de 2015

¿Qué quieres?





La energía sigue al pensamiento y la manifestación sigue a la energía. Algo se vuelve material  dada la energía en movimiento a través de ello. Cuántas veces hemos escuchado sobre la ley de la atracción de que si lo piensas lo atraes. Pero para realmente generarlo hay que estar enfocados e intencionados.

La focalización no solo es lo que piensas; sino todo lo que dices, miras, escuchas, sientes, haces e imaginas. La energía se dirige hacia aquello que focalizamos y el universo empieza a actuar en consecuencia permitiendo que las cosas fluyan alineándose a nuestra intensión y enfoque.

Si te pregunto qué quieres, tal vez podrás contestar: “No quiero dolor, sufrimiento, duda o tristeza en mi vida”, entonces ¿Por qué lo tengo?

La programación neurolingüística nos dice que el cerebro omite la palabra NO, por tal motivo, si dices “No quiero tristeza en mi vida”, lo que estas generando es tristeza en tu vida.

También es de gran importancia poner atención y cuidado cuando digo que quiero algo y me enfoco en lo que no tengo, en lo que me hace falta, puesto que lo igual atrae lo igual, entonces voy a estar atrayendo más de lo que no tengo, más de lo menos. “Yo quiero darle a mis hijos todo lo que no tuve, y al final seguiremos generando carencia en ellos”. Otra situación común es que la mayoría de las personas cuando quieren resolver un problema, solo se enfocan en el problema, llenando de energía el problema y por consecuencia siguen teniendo el problema, a menudo más grande. Recuerda que la energía sigue al pensamiento, y la manifestación a la energía. En la escena en donde el padre le dice al hijo: “no vayas a tirar el jugo” ¿Qué sucede después? !Derrama el jugo!. No es porque el niño sea torpe, rebelde o desobediente. Es porque la instrucción fue dada de manera equivocada.  <Si te doy una instrucción clara: “No pienses en un elefante rosa”, ¿qué es lo que haces? ¡Piensas en un elefante rosa!> Igual aquí, se ha creado una imagen del jugo derramado, así que es lo que se manifestará. Lo correcto es crear una imagen de lo que SI se quiere y no de lo que NO se quiere. Por ejemplo; “agarra bien el vaso”, “pon el vaso en la mesa” o “ten cuidado con el jugo”.

Si quiero algo, ¿Cómo le hago entonces? Lo primero es que tu deseo venga desde tu SER, desde tu verdadero yo, ahí solo es abundancia, no hay carencias; pide y decreta en positivo, después aprende a desprenderte de lo que no tienes, puesto que no podrás tener algo hasta que lo dejes ir, sabiéndote completo sin eso que dices querer y que aún no tienes; y por último se agradecido con todo lo que si tienes.

Cuando realmente sabes lo que SI quieres y estas enfocado e intencionado, vives una vida de abundancia, determinación, significado y aportación, volviéndote un imán atrayendo todo lo que por derecho divino te corresponde.

Pero que pasa cuando sabes lo que quieres y además estas enfocado, pero aún así no logras materializarlo. Y además, te escuchas a ti mismo explicándote y justificándote el porqué no lo logras. Entonces habría que poner especial atención a tu sistema de creencias limitantes, “Quiero más dinero, pero no soy lo suficientemente hábil para generarlo”, “Quiero bajar de peso, pero soy de huesos gruesos”, “Quiero una relación de amor y armonía, pero todos los hombres son iguales”  (Visita la publicación de “Las creencias”).

Es muy común escuchar a la gente decir: "¡Si Dios quiere!", te aseguro que Dios es bueno y que él siempre quiere, la pregunta es ¿tú quieres?.

"No basta con querer: debes preguntarte a ti mismo qué vas a hacer para conseguir lo que quieres"
Franklin Roosevelt

¡Compártelo si te ha gustado!

miércoles, 18 de marzo de 2015

¿Es bueno o malo?



"No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así."
William Shakespeare

Todas las cosas y todos los eventos son neutros, simplemente son tal como son. Lo bueno y lo malo tan solo es una creación mental que nace con la cultura de cada pueblo, con la religión, con los valores y con las creencias de cada persona.

El fuego tan solo es fuego, tal vez alguien podría decir: el fuego es bueno porque es fuente de energía, y tal vez otro podría decir; el fuego es malo porque quema, ¡Yo lo viví! nadie puede decirme lo contrario, yo lo toqué y me quemó. Pero al final, el fuego no es ni bueno ni malo, simplemente es fuego.

Ahora, todo tiene su razón de ser en la vida, nosotros somos quienes elegimos que hacer con ello, nosotros decidimos que filtro poner ante cualquier situación y determinar si es bueno o malo. Podemos crecer, estancarnos, lamentarnos o transformarnos ante cualquier situación que vivamos.

En el día a día vivimos muchas cosas, pero pocas veces conocemos el destino de los sucesos. Por eso nos anticipamos juzgando esto como bueno o aquello como malo, cuando en realidad todo lo que “nos pasa” es justamente lo que necesitamos para evolucionar y desarrollarnos.

¿Cuántas cosas que parecían “buenas” terminaron siendo trágicas? o ¿Cuántas cosas que parecían “malas” terminaron siendo benéficas?

Dado lo anterior, podemos recordar la fábula de la vaca:

“La leyenda cuenta que un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado, entonces se aproximó al padre de familia y le preguntó: ¿En medio de este estado de escasez y pobreza total como le hacen para sobrevivir? El señor calmadamente respondió: amigo mío, nosotros tenemos una vaca que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos y la otra parte es para nuestro consumo y así vamos sobreviviendo. El sabio escucho con atención, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue.

Antes de emprender camino el maestro le comento a su discípulo: Es hora de que aprendas una lección. El maestro sacó una daga que llevaba en su bolso y, ante los ojos incrédulos del joven, mató a la vaca.

¡Maestro!, dijo el joven: ¿Qué has hecho? ¿Qué lección es está al hacer algo tan malo y dejar a la pobre familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar a la vaca si representaba su única posesión y medio de sustento? 

Haciendo caso omiso a las interrogantes del joven, el maestro continuó su marcha.

Aquella escena quedó grabada en la memoria del joven, y vivió con la terrible idea de que, sin la vaca, aquella familia seguramente moriría de hambre.

Un año más tarde, el joven decidió regresar a aquella humilde casa para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Pero en su lugar encontró una casa muy grande, todo estaba muy bonito, con árboles floridos, con coche en el garaje y algunos niños jugando en el jardín.

Era obvio que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado fuerte para la familia, quienes seguramente tuvieron que abandonar el lugar, y ahora una nueva familia con mayores posesiones se había adueñado del lugar construyendo una mejor vivienda.

El joven se sintió triste, pero cuál sería su sorpresa que del interior de aquella casa salió el mismo hombre que visito hace un año. ¿Cómo es posible? Preguntó el joven. Hace un año fui testigo de la tremenda pobreza en la que vivían. 

El señor entusiasmado le respondió: nosotros teníamos una vaca, pero la mataron, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, de esta manera poco a poco hemos llegado a esta nueva vida.

¿Tú crees que si aún tuvieran la vaca estarían hoy en donde se encuentran?

La vaca era su única posesión pero también era la cadena que los mantenía atados a esa vida de mediocridad y miseria.“

Haber matado la vaca, ¿fue algo bueno o algo malo? Cada quien tendrá su propia opinión; el evento es que mataron a la vaca, lo importante es que eliges tú hacer con ello.

Te invito a que ante cualquier situación que se te presente en la vida, dejes de preguntarte ¿Por qué? Y empieces a preguntarte ¿Para qué? Y así, actúes en consecuencia.

!Compártelo si te ha gustado!


miércoles, 11 de marzo de 2015

El presente.


Físicamente nos encontramos en el presente, pero mental y emocionalmente ¿En dónde nos encontramos?

Los animales, las plantas, los árboles están vivos y son, no tienen miedo de experimentar su esencia. Los árboles simplemente son árboles, no viven con el temor de ser talados en cualquier momento. La vida está ocurriendo justo ahora, y cada instante de nuestra vida está lleno de sabiduría y enseñanza, pero nosotros hacemos todo lo posible por no verlo porque tal vez creemos que descubrirlo nos hará daño. Todos los seres humanos nos encontramos en el mismo instante, todos estamos viviendo la vida; si, cada uno de manera distinta, algunos experimentando la agonía para llegar a la muerte, algunos otros experimentando su primer suspiro, otros sintiendo sufrimiento y otros alegría, pero todos estamos en el mismo instante, aquí y ahora, y la posibilidad de verlo y ser consciente de ello está en todos. Entonces porque no usar esa posibilidad de aprendizaje, porque no cruzar mis miedos, mis sufrimientos, porque no permitirle a mi vida fluir y ser ella misma. ¿Cuántas veces no hemos dicho: “hoy quiero ser yo mismo pero no quiero que mi vida sea como es”?  Es totalmente algo incongruente ya que tú eres tu vida, tu vida ocurre dentro de ti.

La única manera de cambiar alguna situación que nos angustia esta en el presente. Tal vez has pensado “yo no puedo cambiar mi forma de ver a determinada persona porque en el pasado me dañó”. ¿Pero qué pasaría si yo cambio mi forma de ver a esa persona al presente? me daré cuenta que en este momento no me está haciendo nada, entonces si no me está haciendo nada puedo permitirme experimentar esta relación con esa persona desde este instante. Seguramente mi sistema de recuerdos me va a decir: desenfócate de tu presente ya que tu recuerdo es más importante y te dará toda la información que necesitas para relacionarte con esa persona en este momento, entonces no me permito resolver ese conflicto que tengo conmigo mismo hacia contigo, pero eso es absurdo ya que esa información es falsa porque este momento es nuevo, la forma en que se manifiesta en el presente es la primera vez que lo veo en mi vida, por tal motivo esa información del pasado no puede darme información real que me ayude a relacionarme contigo ahora.

El presente es pura ignorancia para la mente humana, a la mente humana le asusta lo desconocido, le gusta tener el control de todo y como del presente no conoce nada, necesita algo para distraerse. Pero si no le permito al presente ocurrir, si no le doy la capacidad de manejar mis emociones, no podre experimentar alguna transformación, porque ninguno de mis recuerdos podrá enseñarme como vivir mi presente, solo el presente puede hacerlo, y si no se lo permito no podré aprender. El presente está ahí, en toda mi vida siempre ha estado ahí, toda mi vida ha transcurrido en el presente, nunca en el pasado o en el futuro.

Todos quieren experimentar la felicidad, pero desde un punto de vista en donde no se ve, solo el presente tiene el enfoque a la felicidad. Si le permito al presente ser, voy a descubrir que siempre estoy viviendo en el momento más feliz de mi vida. Si en algún momento voy a ser feliz, tendrá que ser ahora, en este instante, no puedo ser feliz en el futuro o en el pasado, solo es posible ahora, porque el ahora es lo único que tengo en mi vida. Si empiezo opinar sobre lo que ocurre,  del porqué este momento no puede ser el más feliz de mi vida u opinar cual fue o cual va a ser el momento de máxima felicidad, me estoy perdiendo la oportunidad de serlo ya que este es el único momento que tengo, por tal motivo si deseo experimentar la felicidad va a tener que ser ahora.

Los que son consientes de su felicidad no la buscan, pero cuando nosotros buscamos la felicidad en el exterior en algún momento generamos sufrimiento en nosotros mismos y en los demás. Si tú y yo tenemos una relación y tú me haces feliz en esa relación, yo no voy a querer que tú te vayas y yo voy a querer que tú me trates así, y eso solo genera dependencia y sufrimiento. Pero cuando yo soy consciente de mi felicidad, ya no necesito nada, ya puedo relacionarme contigo sin generar conflicto en mi ni en ti, lo que requiere eso es ser consciente de mi presente, relacionándome con mi entorno, no importa la forma, la acción, solo importa el momento en que ocurre.

El que yo sea consciente de mi presente solo puede ocurrir en este momento, no antes y no después. Un obstáculo que se pudiera presentar es el creer que el sufrimiento que pudiera sentir ahora es causado por hechos que ocurrieron en el pasado, y que no puedo cambiarlos porque ya fueron. Sin embargo mi vida está ocurriendo en este instante, lo único que tengo en mi vida es este momento, ¡nada más!, Si puedo darme cuenta de ello, empezaré a ver que lo que pienso no ocurrió en el pasado, sino que está ocurriendo ahora, porque lo estoy recordando, y la mente no diferencia entre tiempo y espacio, si lo estoy recordando entonces para mi mente es realidad justo ahora. Entonces es importante empezar a conectar todos mis recuerdos con el presente, en plena consciencia de que solo estoy recordando, en conocimiento de que solo son pensamientos, y si son pensamientos yo soy quien los piensa, y si yo soy quien los piensa puedo transformarlos y dejar de pensar en eso. Me puedo permitir conocer y experimentar los sentimientos que emergen con aquello que ocurrió a como me siento ahora y abrirme a sentir esas emociones para dejarlas fluir y que salgan de mí.

El poder de actuar, de crear, y de hacer realidad tus sueños se encuentran en el presente, no puedes esperar a que se dé el momento indicado, tú debes hacer de este momento el indicado. El esperar es una ilusión mental que refleja miedo y comodidad, en donde no valoro lo que tengo y me enfoco en lo que no tengo y en lo que no soy.

Te invito a que reflexiones, a que valores cada momento como único, pues lo único que tienes es este momento. Que si te encuentras conectado con tu SER, jamás serás mejor o peor de lo que puedes ser ahora. Que el viaje es lo que nos da la felicidad, no el destino, por tal motivo no dejes que los planes que tienes para ti sean más importantes que tú mismo. 

¡Compártelo si te ha gustado!

viernes, 6 de marzo de 2015

Las creencias.


Una creencia es el sentido de certeza que le damos a las cosas y que consideramos como verdadero acorde a nuestras vivencias personales.

Muchas personas tienden a pensar que sus creencias son universalmente ciertas y esperan que los demás las compartan. Pero las creencias son personales y en muchos casos muy diferentes a las de los demás.

Nosotros no vivimos la realidad en sí, ya que cada quien posee su propia realidad, y esta es la verdad para quien la experimenta. Lo que vivimos tal como lo vivimos solo es una elaboración mental de la realidad, basada en juicios y opiniones que tenemos sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea.

Todas nuestras creencias fueron aprendidas, no es que hayamos nacido con ellas, son ideas que tienen que ver con la educación, en nuestra infancia, en donde creíamos prácticamente todo lo que nos decían. Que yo soy bueno o malo, que los hombres no lloran, que el dinero es escaso, que es difícil comunicarse con los demás. Cuando vemos materializado todo aquello que nos repiten una y otra vez decidimos creerlo como cierto, y empezamos a vivir nuestra vida en base a ese patrón de comportamiento y de resultados. Si una creencia se instala en nosotros de forma solida y consistente, nuestra mente elimina las experiencias que no empatan con ella.

Las creencias son una fuerza muy poderosa que guía nuestra conducta. Existen dos tipos de creencias, las empoderadoras y las limitantes. Las primeras nos apoyan dándonos confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades, permitiéndonos afrontar con seguridad las situaciones que se nos presentan. Las segundas nos restan energía y nos bloquean para seguir adelante.  Es bien sabido que si alguien realmente cree poder hacer algo, seguramente lo hará, y si cree que es imposible hacerlo, estará en lo cierto antes de si quiera intentar hacerlo. Nuestras creencias pueden moldear, influir, e incluso determinar el grado de inteligencia, salud, la manera en que nos relacionamos y hasta el grado de felicidad y éxito en nuestra vida.

Si de niño siempre en casa me decían: “Es que eres un burro, nos sirves para nada, siempre sacas malas calificaciones, todo te entra por una oreja y te sale por la otra”. Esas creencias (que ni si quiera eran mías!) a base de repetición se van reforzando en mi cerebro hasta que llega un momento que en efecto, se convierten en mi verdad. Entonces, a pesar de mostrar habilidad para las matemáticas, recurro a sabotearme equivocándome en el último número para así confirmar mis creencias. De esta manera estoy bloqueando cualquier oportunidad de desarrollar nuevas competencias y habilidades, porque adquirirlas me quitaría la razón a mí mismo.

“No creas nada. No importa dónde lo leas, o quién lo haya dicho; aunque lo haya dicho yo,
a menos que concuerde con tu propia razón y tu sentido común”
 Buda

Si tienes dentro de ti la creencia de "La vida es dura", de alguna forma estas materializando o buscando en la vida dureza. Tú vas a convertir tu vida en algo difícil, pues debajo hay una creencia. Si tú crees que la vida es dura, tu vida es dura. No encontraras nada fácil porque requieres llevar a la práctica lo que tú crees.

Si piensas que los hombres son agresivos, no vas a estar con hombres tiernos, respetuosos y delicados. Al contrario buscaras materializar la idea, y al final terminaras con hombres agresivos.

Te invito a reflexionar cuantas creencias limitantes tienes en tu vida “Las mujeres son infieles”, “No es tan fácil”, “De lo bueno poco”,  “El dinero corrompe”, “Todos los hombres son iguales”, “Yo no soy bueno para esto”. Estas frases con las que vives tu vida limitándote fluir sin ataduras. Y ponte a pensar ¿De dónde viene? ¿Qué te dijeron en tu infancia? ¿Dónde lo has visto? ¿Cómo se materializa en tu vida? ¿Qué ideas tenían otros de sobre ti y tu adoptaste como tuyas? ¿Cómo lo provocas para reafirmarlo? Y sobre todo ponte a pensar ¿Qué pasaría si cambiaras esas creencias que te impiden lograr cosas extraordinarias? y ¿Qué te impide hacerlo?

Recuerda que las creencias no se basan necesariamente en la lógica o en la realidad. De hecho, su función no es coincidir con la realidad, ya que tú no sabes qué es lo real, para eso tienes que formarte una creencia. Hay que tener esto en cuenta para poder afrontar tus creencias limitantes.
  
 “No vemos las cosas tal como son, las vemos como somos nosotros"
 Anaïs Nin

EL EXPERIMENTO

Un científico de Phoenix, Arizona, quería demostrar el gran poder que tiene la mente. Que la mente humana puede creerse todo lo que recibe, sea a través de palabras, pensamientos o actos, suyos o de terceros, positivos o negativos, sin atender a las consecuencias.

Necesitaba un voluntario que llegase a las últimas consecuencias, y lo consiguió en una penitenciaría. Era un condenado a muerte que sería ejecutado en la penitenciaría de St. Louis, en el Estado de Missouri, donde existe la pena de muerte a través de la silla eléctrica.

Le propuso participar en un experimento científico para sustituir la muerte en la silla eléctrica por un nuevo método. Se le haría un pequeño corte en la vena de la muñeca, lo suficiente para que goteara su sangre hasta la última gota. La ventaja es que existía la posibilidad de sobrevivir en caso de que la sangre coagulase. Si eso sucediese, sería liberado. En caso contrario, fallecería por pérdida de sangre, o sea, una muerte sin sufrimiento y sin dolor. El condenado aceptó, pues obviamente era preferible esa muerte a la de la silla eléctrica, existiendo además, una posibilidad de sobrevivir.

El condenado fue colocado en una cama de hospital y atado para que no pudiera moverse. Hicieron un pequeño corte en su muñeca, y debajo de ella se colocó una  vasija de aluminio. Se le dijo que oiría su sangre gotear en la vasija. Lo que no sabía él, es que el corte había sido superficial y que no había alcanzado ninguna arteria o vena, pero sí fue lo suficientemente profundo cómo para que él lo notara. Sin que él lo supiera, debajo de la cama había un frasco de suero con una pequeña válvula. Al hacer el corte se había abierto la válvula del frasco para que el condenado creyese que era su sangre la que se oía caer en la vasija. Pero en verdad, era el suero lo que se oía gotear en la vasija. Cada diez minutos, el científico, sin que el condenado lo viera, cerraba un poco más la válvula del suero y el goteo iba disminuyendo.

Mientras tanto, el condenado creía que era su sangre la que estaba disminuyendo. Con el paso del tiempo, el hombre fue perdiendo el color, poniéndose cada vez más y más pálido. Cuando el científico cerró por completo la válvula del suero, el condenado tuvo un paro cardíaco y murió… sin ni siquiera haber perdido una gota de sangre.

El científico consiguió probar que la mente humana cumple, al pie de la letra, todo lo que le es enviado y es aceptado por el individuo, sea positivo o negativo. Y tal aceptación incluye a todo el organismo, tanto la parte orgánica como la psicológica.

Con esta historia nos damos cuenta que la mente no distingue lo que es real o fantasía, simplemente cumple la información que recibe.

 “LO QUE CREAS, CREAS”

!Compártelo si te ha gustado!


martes, 3 de marzo de 2015

Los sentimientos.


Son cinco los sentimientos básicos del ser humano: amor, miedo, alegría, tristeza y enojo. De la unión de dos o más se generan otras emociones como la euforia, frustración, ira, celos entre otras.

Los sentimientos no son buenos ni malos. El que una persona sienta alegría o enojo no la hace buena ni mala, ni mejor o peor. No depende de las personas que los sentimientos existan o no, simplemente existen. Y debemos conocer y experimentar cada uno de ellos.

Muchas veces caemos en sentimientos de culpa por las creencias que tenemos de determinados sentimientos que experimentamos, diciéndonos algo así como: "yo no debería sentir o experimentar este sentimiento”, “los hombres no lloran”, “yo no debo enojarme, pero como estoy enojado entonces siento culpa y más me enojo”.

Es importante recordar que los sentimientos son nuestro modo de reaccionar frente a determinados hechos o pensamientos y es necesario comprender que debemos experimentar, reconocer y aceptar plenamente nuestros sentimientos, no reprimir ninguna emoción.

La razón más frecuente por la que no nos permitimos vivir nuestros sentimientos es porque no queremos reconocerlos, por el motivo que sea. Tenemos miedo que los demás puedan pensar mal de nosotros, que somos débiles, o incluso que puedan rechazarnos o castigarnos. En cierto modo, hemos sido programados para no aceptar como parte de nosotros determinados sentimientos.

Los sentimientos reprimidos son como el vapor que se acumula en una olla de presión; si los guardamos y permitimos que acumulen intensidad, terminaran haciendo explotar la tapa humana que los contiene, exponenciando el sentimiento reprimido. “Juanito, nunca se enoja!..”  Pero el día que se enoje, seguramente expresaría su enojo con gran intensidad que podría llegar a matar a alguien.

Siempre se ha escuchado del poder que tiene nuestra mente sobre nuestro cuerpo. Y en efecto, tiene hasta el poder de desencadenar enfermedades con relación a los sentimientos reprimidos, pues estos deben salir de nuestro cuerpo de alguna manera, y al no ser proyectadas esas emociones en su momento, existe un conflicto interno que termina por hacerse físico en forma de dolencia. La enfermedad aparece como una respuesta biológica para exigir atención sobre el problema que tenemos en nuestro interior. Se dice que cada síntoma responde a una emoción concreta.

Debemos permitirnos conocer nuestros sentimientos, vivirlos, experimentarlos, saber que se siente, pero eso sí, jamás darles el control de nuestras acciones. Podemos mencionar el miedo; experimentarlo, como ya lo dijimos, no es ni bueno ni malo. En donde debemos poner atención es que tipo de miedo tenemos, ¿miedo que nos paraliza y nos impide emprender acción? ó ¿miedo que nos acompaña y nos mantiene alerta? Es por eso que nosotros debemos conocer nuestros sentimientos. Si estas enojado; enójate, grita, saca de tu cuerpo ese enojo, pero no actúes o tomes decisiones desde el enojo ni desde algún otro sentimiento, siempre desde tu razón y con plena responsabilidad y consciencia de tus acciones.

Es importante entender que todo lo que genera tus sentimientos no es la vida, lo que quiero decir es que no es algún agente externo, no es que alguien venga y te haga enojar o que alguien o algo te haga feliz, no es el contexto sino la interpretación del contexto, son tus propias apreciaciones. Cuántas veces hemos visto la vida como algo que ocurre a nuestro alrededor, y por eso nos sentimos víctimas de la vida, víctimas de las situaciones y victimas de todo lo que nos ocurre, pero no vemos que en realidad la vida está ocurriendo dentro de nosotros, que todo lo que ocurre afuera es solo una proyección de lo que sucede en nuestro interior. Todo eso que ocurre afuera, está diseñado perfectamente para hacer una introspección y encontrarle el sentido que tiene en nuestra propia vida, el porqué y para qué nos generamos determinada situación, pero muchas veces decidimos quedarnos hundidos en el sentimiento, sin aprender nada y seguir adelante. Pero eso no nos lo puede enseñar nadie, solo la vida tiene los recursos para hacerlo.

¡Si te ha gustado compártelo!