miércoles, 25 de febrero de 2015

Yo siempre tengo la razón !



La razón es el premio que emerge ante toda eventualidad o discusión y todos se dicen poseerlo.

Pero….  ¿De qué te sirve tener siempre la razón si vives en conflicto con los demás?


La mayoría de conversaciones que establecemos en nuestro día a día, tienen que ver con la interpretación que le damos a las cosas que suceden en nuestra vida y de la manera en que las experimentamos. Es decir, dependen de la vivencia subjetiva de cada uno de nosotros y que siempre están filtrados desde nuestra particular perspectiva.

Llegamos a pensar que nuestro punto de vista es el correcto, aceptándolo como único y verdadero y aquí es en donde entramos en conflicto con los demás, ya que probablemente ellos estén convencidos de lo mismo.     .

El aferrarse a siempre querer tener la razón es una forma de violencia, ya que este patrón de conducta generalmente termina con un “perdedor” y un “ganador”. La sumisión de la otra parte es inevitable y se considerada como abuso emocional.

Una comunicación sana consiste en que ambas partes se sientan seguras de expresar lo que piensan y lo que sienten, de expresar sus propios puntos de vista sin el temor de ser criticado o menospreciado, y con pleno conocimiento que lo que están expresando es mera interpretación personal, en base a como cada quien ve su propia realidad. Es escuchar al otro y expresar respeto por sus puntos de vista, aún y cuando no estemos de acuerdo con ellos.

Hay que tener muy en claro que querer tener siempre la razón es solo expresión de egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor y de la manera que nosotros decimos.

Todos vivimos en nuestro propio mundo, en nuestra propia mente, en nuestra propia realidad bajo nuestras propias interpretaciones; los demás están en un mundo completamente distinto al de nosotros. Cuando aseguramos tener la razón, suponemos que el otro sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo.

Lo cierto es que no experimentamos el mundo tal cual es, sino que lo filtramos por medio de nuestro ‘sistema de creencias’. Es decir, un conjunto de afirmaciones personales que consideramos verdaderas, y que nos guían como interactuamos con la realidad. Pero cabe señalar que cada ser humano tiene su propio filtro. Por lo general, transitamos por la vida dando por sentado que el modo en el que vemos las cosas corresponde a lo que realmente son. Pero debemos estar conscientes que aún y cuando estemos 100% seguros de tener la razón, no necesariamente sea verdad ya que hemos creado esa certeza en base a nuestro conocimiento, nuestra educación, nuestras expectativas, a nuestra forma de ver y vivir la vida. Es meramente nuestra propia creación.

Te invito a que consideres las opiniones de los demás como igualmente valiosas.  Esto no significa que debes estar de acuerdo con ellos, sólo di: “Sí, yo creo que tus puntos de vista son tan valiosos como los míos, y los respeto” ó “puedo ver tu punto de vista y entiendo tu posición”.

Si te mantienes abierto a las posibilidades infinitas que hay en la vida, sin la búsqueda insaciable de imponer tu propia realidad, o sin temor de ser rechazado o menospreciado por tus creencias entonces experimentarás felicidad y paz interior.

No hay nada más
equitativamente repartido
en el mundo que la razón;
todos creen tener suficiente.
René Descartes

 ¿Qué prefieres…  ser feliz o tener la razón?


¡Compártelo si te ha gustado!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario